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Jamón ibérico versus jamón serrano

Una de las señas de identidad de la cultura española a nivel mundial es el jamón. Pero como todos sabemos, existen muchos tipos de jamón que difieren mucho en su sabor y calidad.

Aprende a diferenciar un jamón ibérico de un jamón serrano

El jamón ibérico tiene un aspecto más jugoso y más brillante que el jamón serrano

Hoy queremos analizar las diferencias fundamentales entre dos de nuestros símbolos gastronómicos: el jamón ibérico y el jamón serrano.

Diferencias de cualidades organolépticas

Las características organolépticas fundamentales a la hora de consumir un jamón son el color, el olor, el sabor y la textura. Aunque es difícil distinguir un jamón ibérico de un jamón serrano por algunas de estas características, existen trucos que nos pueden dar algunas pistas.

El color del jamón ibérico suele ser de una tonalidad rojo intenso, mientras que el jamón serrano es más rosáceo. En lo que respecta al sabor, una de las principales diferencias es que el jamón ibérico tiene mayor jugosidad que el serrano, estimulándose la grasa con la saliva. El aroma es otra de las cualidades que convierte al jamón ibérico en un producto único y que tiene un olor mucho más intenso que otros jamones como el serrano.

Lo más difícil de diferenciar es la consistencia, ya que depende mucho de la zona del jamón de la que se trate. Sin embargo, por norma general, hay que decir que el jamón ibérico tiene una superficie más rugosa que el jamón serrano.

Otras características diferenciadoras

Las diferencias entre un jamón ibérico y un jamón serrano que podemos apreciar con nuestros sentidos se derivan de otras características que no son apreciables a simple vista y que provienen del proceso de elaboración del producto.

Para empezar, los cerdos de los que provienen estos dos tipos de jamón corresponden a dos especies diferentes de cerdos, el jamón ibérico procede del cerdo ibérico y el serrano del cerdo blanco. Al ser distintas especies, también tienen una alimentación distinta, ya que mientras que el cerdo ibérico se alimenta mayoritariamente de bellotas, el cerdo blanco se alimenta de piensos.

Los procesos de elaboración de cada pieza también son diferentes, destacando que la curación de un jamón ibérico es mayor que la de un jamón serrano.

Por todo ello, los jamones ibéricos de bellota son más apreciados y aunque tengan un precio mayor que el jamón serrano, siempre merece la pena gastarse un poquito más y asegurarse de que lo que se está comprando es un producto alimenticio excelente.

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