El flexitarianismo: una nueva forma de comer en la que el embutido ibérico puede ser protagonista
Aunque aún no aparezca en el diccionario, el término flexitarianismo empezó a usarse en los años 90 para designar una dieta alimenticia que pretendía ser físicamente saludable y ecológicamente sostenible, sin obligar por ello a que sus practicantes tuvieran que renunciar a ningún placer gastronómico.
A diferencia del vegetarianismo, en cualquiera de sus modalidades, el flexitarianismo no dicta qué no se puede comer, sino qué es mejor comer y con qué frecuencia. En el flexitarianismo el consumo de productos de origen animal no es visto como una “debilidad”, sino como una posibilidad más de su régimen alimenticio que, además, aportará determinados nutrientes necesarios al organismo, que no están presentes en otras dietas como la vegetariana.
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Características de la dieta flexitariana
El objetivo de esta dieta es el equilibrio en nuestro cuerpo. Se trata de una dieta baja en grasas saturadas y colesterol, alta en nutrientes y fibra. En resumen: cardioprotectora y buena para prevenir determinados tipos de cáncer, como el de colon. Para conseguirlo, el flexitarianismo recomienda, como base de la dieta, alimentos de origen vegetal, pero también defiende el consumo de productos de origen animal para potenciar los beneficios de la dieta “vegetariana” y aportar nutrientes esenciales de los que esta carece o que presenta en escasa medida. Calidad y no cantidad es aquí la máxima. Ya que la carne por la que apuesta el flexitarianismo es una carne de máxima calidad. En este sentido, es interesante el papel que pueden jugar los productos ibéricos en la dieta flexitariana.
Que los jamones y embutidos ibéricos, tomados con razonable moderación, son cardiosaludables ya lo sabemos. Pero, además, los productos ibéricos de Guijuelo Directo cumplen otro requisito que les hace ideales en la dieta flexitariana, que no sólo busca salud, sino también sostenibilidad: proceden de ganadería criada de forma natural y extensiva.
Recetas flexitarianas con embutidos de Guijuelo
Las características que debe reunir un plato para poder considerarse flexitariano serían: el pescado o la carne no pueden ser el componente principal, sino un ingrediente complementario; las cantidades deben ser moderadas, y deberíamos invertir lo que así nos ahorramos en adquirir estos productos de la mejor calidad posible.
En realidad, la mayoría de los platos de la cocina española tradicional se ajustan a estos requisitos, siempre y cuando utilicemos ingredientes de calidad: unos sencillos guisantes con jamón ibérico, lentejas o judiones con chorizo de bellota, patatas a la riojana, o la refrescante sopa de melón con virutas de jamón ibérico. Todos estos platos pueden considerarse flexitarianos.
Si entráis en Guijuelo Directo podréis comprobar todos los productos aptos para dietas flexitarianas que el cerdo ibérico puede ofreceros.
